Está claro que todos los masajes son buenos para la salud, pero seguro que te has preguntado alguna vez cuales son los que mejor te van a venir y más beneficios te van a dar. Y es que, aunque la mayoría de la gente considere que darse un buen masaje es un lujo, lo cierto es que es algo que puede llegar a ser bastante necesario para mantenernos saludables o, incluso, curarnos de algunas dolencias que venimos arrastrando desde hace tiempo.
He investigado cuales son los más beneficiosos, que efectos a largo plazo tienen y si algunos tienen contraindicaciones o posibles efectos adversos:
El masaje sueco:
Este tipo de masaje utiliza movimientos suaves pero firmes para mejorar la circulación sanguínea, aliviar la tensión muscular y promover la relajación general. Es perfecto para personas que tienen problemas de circulación o después de una dura jornada de trabajo y estrés.
El masaje de tejido profundo:
Este masaje se centra en las capas más profundas de los músculos y el tejido conectivo para liberar la tensión crónica y aliviar el dolor. Es especialmente útil para personas con problemas musculares crónicos o lesiones.
-Beneficios a largo plazo:
Al practicarse regularmente, este tipo de masaje puede ayudar a aliviar la tensión crónica, mejorar la postura y prevenir lesiones musculares y articulares a largo plazo.
-Contraindicaciones:
Puede ser demasiado intenso para algunas personas, especialmente si tienen una tolerancia al dolor baja o problemas de coagulación sanguínea. También puede causar moretones o molestias si se aplica demasiada presión.
El masaje tailandés:
Esta forma de masaje combina estiramientos asistidos, presión y movimientos de yoga para mejorar la flexibilidad, aliviar la tensión muscular y promover el equilibrio energético. Perfecto para las personas que noten contracturas y tengan zonas de su cuerpo demasiado rígidas.
-Beneficios a largo plazo:
Al combinar estiramientos, presión y movimientos de yoga, el masaje tailandés puede mejorar la flexibilidad, la movilidad y el equilibrio corporal, lo que puede contribuir a una mejor postura y menor riesgo de lesiones a largo plazo.
-Contraindicaciones:
Los estiramientos y movimientos de yoga realizados durante un masaje tailandés pueden ser demasiado intensos para algunas personas, especialmente si tienen problemas de articulaciones o de espalda.
El masaje de tejido conectivo:
También conocido como masaje miofascial, se centra en el tejido conectivo que rodea los músculos (fascia) para liberar restricciones y mejorar la movilidad.
-Beneficios a largo plazo:
Este masaje puede ayudar a liberar las restricciones en el tejido conectivo (fascia) y mejorar la movilidad, lo que puede tener efectos beneficiosos a largo plazo en la flexibilidad y la función muscular.
-Contraindicaciones:
Al liberar las restricciones en el tejido conectivo, este tipo de masaje puede causar dolor o molestias temporales, especialmente si se aplica demasiada presión o si se realiza de manera incorrecta.
El masaje deportivo:
Diseñado específicamente para atletas y personas activas, este tipo de masaje ayuda a prevenir lesiones, mejorar el rendimiento y acelerar la recuperación muscular después del ejercicio.
-Beneficios a largo plazo:
Los atletas y personas activas que reciben masajes deportivos de manera regular pueden experimentar una mejora en el rendimiento, una recuperación más rápida después del ejercicio y una reducción en el riesgo de lesiones.
-Contraindicaciones:
Si se realiza de manera demasiado intensa o en el momento incorrecto (por ejemplo, inmediatamente después de una lesión), puede causar daño adicional o prolongar la recuperación.
El masaje de puntos de activación:
Este tipo de masaje se centra en puntos específicos de tensión o dolor en los músculos (puntos gatillo) para aliviar la molestia y restaurar la función muscular normal. Es el indicado para personas que se han recuperado de una lesión, pero siguen notando molestias.
El masaje shiatsu:
Originario de Japón, el masaje shiatsu implica presión aplicada con los dedos, las palmas y los pulgares en puntos específicos del cuerpo para aliviar la tensión y promover el flujo de energía. Este masaje utiliza técnicas basadas en la acupuntura, así que si no sabes si ir a una sesión de masaje o de acupuntura, este sería el mejor ya que combina ambos.
-Beneficios a largo plazo:
Al promover el equilibrio energético y aliviar la tensión, el masaje shiatsu puede ayudar a mejorar la salud general y el bienestar, lo que puede tener efectos positivos a largo plazo en el sistema inmunológico, la digestión y el estado de ánimo.
-Contraindicaciones:
Al trabajar con los puntos de presión del cuerpo, el masaje shiatsu puede ser inadecuado para personas con ciertas condiciones médicas, como enfermedades cardiovasculares, trastornos de la coagulación o cáncer.
El masaje de drenaje linfático:
Este tipo de masaje ayuda a estimular el sistema linfático para eliminar toxinas y mejorar la circulación linfática, lo que puede ser beneficioso para la desintoxicación y la reducción de la hinchazón. También es totalmente recomendable para personas que sufren de linfedema.
-Beneficios a largo plazo:
Si se aplica de forma terapéutica y continua, este masaje puede ayudar a curar enfermedades como el linfedema o mejorarla notablemente.
-Contraindicaciones:
Si se aplica de manera incorrecta o demasiado intensa, este tipo de masaje puede causar hinchazón, dolor o daño en los vasos linfáticos.
Aspectos a tener en cuenta:
Tienes que tener en cuenta que esta no es la cura de las enfermedades o la clave para mejorar tus dolencias, es una ayuda. Es fundamental combinar los masajes con otros hábitos saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular y un buen manejo del estrés, para obtener buenos resultados y prolongar los efectos de los masajes.
Otra de las claves es, sin duda, acudir a empresas y terapeutas con titulación y mucha experiencia, que cuenten con clientes habituales o un renombre. Tienes que asegurarte de que tengan reseñas y página web, como L4 Santander, o con una buena fama en tu barrio o ciudad para que luego no te lleves sorpresas.
Lo último a tener en cuenta, pero no menos importante, es la opinión de tu médico y tu tipo de dolencia o enfermedad. Si tienes estas dolencias, no deberías recibir masajes o, al menos, consultarlo con tu médico:
-Fiebre o infecciones agudas.
-Problemas de coagulación sanguínea o toma de anticoagulantes.
-Fracturas o lesiones óseas recientes.
-Enfermedades de la piel o infecciones cutáneas.
-Ciertos tipos de cáncer o tratamiento de cáncer.
-Embarazo de alto riesgo o complicaciones en el embarazo.
Por último, si decides ir a dártelo a pesar de sufrir alguna de ellas. Es muy importante que informes al masajista antes de empezar. De todas formas, él siempre te va a preguntar antes de empezar.
Anímate a probar otra forma de cuidarte.