Pues sí queridos padres, el verano ya está aquí. Llega el peor momento para nosotros. Y esto es así. Nadie me lo puede negar. Y los padres que tengan hijos entre 0 y 15 años seguro que lo entienden muy bien. Porque eso de la conciliación es la mayor patraña que se ha inventado desde las Preferentes. Todo un timo, vamos.
Así que llega el verano y cuando otros piensan ¿dónde vamos de vacaciones? ¿a qué festivales de música vamos? Los que tenemos hijos pensamos, ¿qué hacemos con ellos? Durante el invierno les hemos estado metiendo en el colegio, en programa de alargadores o de conciliamos, como ocurre en Castilla y León, pero llega un momento que ya solo te queda tirar de padres, tíos o lo peor, consumir tus vacaciones para estar con ellos. Aquí normalmente no sueles coincidir con tu pareja, por lo tanto, de vacaciones tiene muy poco.
Por eso, vamos a hablar un poco de las cosas que puedes hacer en verano para poder tener a tus hijos a buen recaudo. Eso sí, ya te digo que la conciliación en este país es posible, claro que sí, pero se logra con dinero. Así que vete preparando la cartera porque te vamos a dar varias soluciones para saber qué haces con tu hijo durante estos días de verano. Suerte.
Campamentos
Una de las opciones más populares y completas son los campamentos de verano. Algo que hace años sonaba a niños de hijos pudientes, y que ahora es el pan nuestro de cada día. Pueden ser urbanos, rurales, deportivos, creativos o temáticos, y ofrecen a los niños actividades lúdicas, educativas y al aire libre que les ayudan a desarrollar habilidades sociales, autonomía y nuevas aficiones.
Son varias las ventajas, por ejemplo, los horarios son compatibles con la jornada laboral. Tienen una supervisión profesional y son unas experiencias superchulas. Yo recuerdo que lleve a mi hija a uno que organizaba Coadecu y fue una barbaridad. Allí mi hija hizo diversos talleres, gymkhanas, fiestas, juegos educativos, olimpiadas, piscina, y la verdad es que quedó muy contenta.
Escuela de verano
Muchas escuelas, ayuntamientos o asociaciones ofrecen programas de verano con actividades educativas, deportivas o artísticas. Son ideales para mantener cierta rutina y aprovechar instalaciones cercanas al domicilio, aunque es cierto que no tiene las vivencias de un campamento.
Tirar de la familia
Como te decimos, ya a la desesperada, siempre que sea posible y deseado por ambas partes, los abuelos o familiares cercanos pueden ser un gran apoyo durante el verano. También puedes colaborar con otras familias para compartir cuidados y turnos. Aunque es cierto que en mi caso me daba mucha pena tener que aprovecharme otra vez de mis padres. Ellos ya echan una mano durante el invierno y ahora es cuando ellos tienen tiempo para disfrutar. Por eso, si se quiere tomar esta opción, lo primero que tienes que hacer es hablar con las diferentes partes para que estén de acuerdo. Nada de imposiciones.
EL pueblo
Yo soy de la generación EGB y en su mayoría todos teníamos pueblo. Y ya os digo yo que quién tiene pueblo tiene un tesoro. Por eso ir al pueblo suele ser la mejor opción, aunque en este caso tenemos que tener a alguien de confianza que se ocupe de ellos. Yo recuerdo que me iba con mi abuela Patricia y era muy feliz. En el pueblo no había horarios, se salía a la calle y no había ni preocupaciones ni temores. Eran otros tiempos, donde se era muy feliz y no necesitábamos ni máquinas ni tecnología ni nada.
En casa
Si los niños ya tienen cierta autonomía, puedes proponer actividades organizadas en casa, como retos creativos, lectura, manualidades o juegos educativos, combinadas con momentos de descanso. Pero claro, para esto se tiene que necesitar tiempo y un trabajo que sea flexible.
Ya has visto que conciliar en verano no es nada fácil, pero si tenemos algo de planificación, anticipación y mucho dinero, es posible ofrecer a tus hijos un verano divertido, activo y seguro sin descuidar tu trabajo.
Sigo pensando que los campamentos de ocio y tiempo libre son una opción excelente, pero no la única. Lo ideal es elegir las alternativas que mejor se adapten a la edad de tus hijos, tus posibilidades económicas y tu disponibilidad. Así que solo me queda desearte mucha suerte y sobre todo que llegue pronto el mes de septiembre. Ese mes que para los padres es el de las vacaciones. ¿Verdad?