El piercing, una manera de significarnos e identificarnos en la sociedad actual

Nos encontramos en una época en la que la moda cambia de una manera rapidísima, más rápida que en cualquier otro momento anterior, y en el que las tendencias pueden ser cosas de apenas unos días. El principal motor de esta realidad es el que componen las redes sociales, que parecen haber sido diseñadas para que el mundo gire a toda velocidad. Lo que en ellas se expone y muestra genera que la realidad en la que nos movemos esté en constante cambio. Y eso es quizá lo que explica que nos encontremos en un mundo que presenta las cosas de una manera en el día de hoy y que las presenta de una manera completamente diferente durante el día de mañana.

Hay una infinidad de tendencias a nuestro alrededor en este preciso momento. Las hay en materia de alimentación (hoy en día, por suerte, tenemos mucho más en cuenta los alimentos saludables que en cualquier otro momento pasado), en vestimenta (lo que hoy es trendy en el mundo de la moda mañana dejará de ser luz para dejar paso a otro tipo de prendas o a otra gama de colores) o incluso en estilo de vida (ahora, llevar un estilo de vida sano, en el que predomine, por ejemplo, la práctica de deporte es bastante usual). Y también ha cambiado bastante la realidad que rodea a los complementos que portamos las personas. Y es por aquí por donde queremos encauzar este artículo.

Los complementos siempre han constituido una manera de diferenciarnos del resto. Y la verdad es que han cumplido con su cometido de una manera bastante positiva y efectiva. Por eso se han seguido utilizando, aunque es verdad que algunos de ellos han ido cambiando y dejando su sitio a otros. Sin embargo, ha habido otro tipo de complementos que ya se estilaban hace algunas décadas y que han ganado todavía más peso en los últimos años. Uno de los mejores ejemplos que lo ponen de manifiesto es el del piercing, un tipo de complemento que es ya bastante habitual tanto en gente joven como de mediana edad.

No hay nada mejor que un dato para corroborar lo que os estamos comentando. De acuerdo con una noticia publicada en la página web del diario La Razón, los locales especializados en piercings han crecido un 7.000% en cuanto a número desde el año 2005. Se trata de un crecimiento exponencial, de un aumento que lleva detrás las ganas de sumarse a una tendencia que, a diferencia de lo que estábamos comentando en el primer párrafo, sí se ha mantenido en el tiempo y ha sido capaz de adaptarse a las diferentes sociedades que ha ido componiendo el siglo XXI y de los elementos asociados a él, tales como las redes sociales.

Si fuéramos al centro de una ciudad y miráramos atentamente a las personas que se encuentran a nuestro alrededor, veríamos que un porcentaje bastante mayor que el que podríamos llegar a creer lleva piercings. A veces, el estilo de vida de las ciudades es demasiado impersonal y no nos solemos fijar demasiado en estos detalles, pero lo cierto es que estos complementos están ahí y son tan reales como la vida misma. La gente los aprecia porque saben lo que significan, saben que les van a proporcionar una identidad que va más allá de su nombre y apellidos, o del mismo Documento Nacional de Identidad. Saben que ese piercing es sinónimo de estilo, que es la palabra clave en lo que tiene que ver con esto.

Ahora que ya tenemos claro que el piercing es mucho más que una tendencia en la sociedad del siglo XXI, la pregunta que viene es la siguiente: ¿Por qué se ha convertido en un símbolo, en una manera de revelar nuestro estilo? En Piercing y Tattoo tenían ganas de que esto fuera así porque aseguran haber trabajado para conseguir ya no solo que el piercing sea un símbolo, sino para que se aprecie culturalmente y se acepte en la sociedad. Respondiendo a la pregunta anterior, lo realmente importante es que ya existen piercings para prácticamente todas las zonas del cuerpo y que se elaboran en una infinidad de materiales, algo que abre la posibilidad de que cada cual encuentre y apueste por el que mejor va con él o ella.

El objetivo se ha cumplido de manera bastante interesante porque ahora asociamos siempre al piercing con algo. Quien lo lleva sabe que le está diciendo al mundo algo que tiene que ver con él o ella, algo que le gusta y por lo que le encanta sentirse identificado. Muchas veces hemos asociado eso a la ropa, pero ahora hay muchas más maneras de sentirse parte de algo y no cabe la menor duda de que el piercing es algo que ha funcionado muy bien de esa manera. Por eso creemos que se ha mantenido tantos años como una tendencia y no se ha disipado. Y por eso va a seguir siendo una tendencia por muchos años que pasen.

Además, se trata de un complemento que se ha ganado un sitio en la vida de muchos tipos diferentes de personas. Lo llevan tanto los hombres como las mujeres, algo no era demasiado habitual en otros complementos cuando los piercings hicieron acto de aparición por primera vez. También lo lleva gente más joven y personas adultas que, en su día, llevaron piercings cuando eran jóvenes y que han seguido confiando en este tipo de complementos como maneras de identificarse, de establecer su estilo. Y también se trata de un tipo de complemento que ha triunfado en una gran cantidad de países con culturas diferentes, idiomas diferentes y contextos socioeconómicos también diferentes.

Algo parecido suele ocurrir con todo lo relativo a los tatuajes, si lo pensáis de manera detenida. Empezaron como algo minoritario y especialmente en hombres, pero ha ido creciendo su importancia de una manera espectacular y ahora lo raro es que una persona de mediana o reducida edad no lo lleve. Además, también es algo que nos permite identificarnos porque podemos hacer cualquier tipo de dibujo o inscripción en nuestra piel, algo que sin duda ayuda mucho a que siga habiendo personas a las que les llame la atención el hacerse uno. De hecho, tanto es así que ya no es nada raro encontrarse con personas que llevan entre 5 y 10.

Lo que es evidente es que el ser humano no pierde la oportunidad de significarse, de diferenciarse del resto. La sociedad, de alguna manera, también le pide eso a las personas: les pide que sean diferentes, que tengan algo por lo que puedan destacar para ser recordados a la hora de enfrentarse a una entrevista de trabajo, o a la hora de intentar conquistar a ese hombre o mujer con el que nos gustaría tener una relación. Los tatuajes y los piercings son siempre concebidos como una manera moderna de proporcionar esa diferenciación y, a estas alturas de la película, a nadie se le ocurre negar que eso es lo que les ha permitido ser complementos tan usados en los tiempos que corren.

Fijaos en si tiene importancia el hecho de llevar un piercing para diferenciarse que incluso hay noticias, como esta que os vamos a enlazar seguidamente y que procede del portal web de la revista Cosmopolitan, en las que se apunta que, dependiendo de dónde tengamos un piercing, se puede saber cómo somos. 

  • Las que lo llevan en el ombligo, buscar destacar por encima de todo su individualidad.
  • Quienes lo llevan en el pezón demuestran ser muy valientes y aventureras.
  • En el labio, lo primero que demuestra es sensualidad, determinación o atrevimiento. La noticia nos indica también que, en otros tiempos, fue sinónimo de tener una posición social alta.
  • En la nariz, la principal virtud que se destaca es la de la inteligencia o la vanidad.
  • En la lengua también sirve para definir a una persona valiente, aunque el placer sexual también es otro elemento a tener en cuenta en este punto.
  • En la ceja, lo que principalmente queremos es destacar nuestra independencia.
  • Finalmente, una persona con un piercing en la oreja deja entrever que es de confianza, empática y generosa.

¿En qué punto te sitúas más? ¿Te harías un piercing para demostrarlo? 

En estas últimas líneas del artículo, hacemos esas preguntas para que se invite a la reflexión. Seguro que vosotros y vosotras, como personas que sois, os identificáis más con un punto que con otros. Es posible que incluso estéis en línea con dos de las cosas que mencionábamos más arriba. ¿Os haríais un piercing en la zona en la que se supone que se lo ponen las personas que son más como vosotros y vosotras? ¿O preferiríais en otro lugar? La verdad es que cada decisión es individual y que habrá tantos casos distintos como personas. Lo importante es si un piercing os va a ayudar a identificaros con vosotros mismos. Eso es lo que verdaderamente hay que tener en cuenta.

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