Tatuarse no debería ser una moda. Para modas pasajeras nos va bien el estilismo o un corte de pelo. Sin embargo, marcarse la piel con tinta, es otra historia. Un tatuaje no se quita con los lavados, ni con el paso del tiempo. Puede perder color, si; pero nunca desaparecer sin más. Si te cansas de un tatuaje, puedes borrarlo haciéndote otro encima o incluso, recurrir a la cirugía para eliminarlo, con la consiguiente cicatriz. Razones de más para hacerlo con cabeza. No queremos ni pretendemos decir que hacerse un tatuaje sea malo o este mal visto. Lejos quedaron esos prejuicios. Es más, decorarse el cuerpo con este arte pictórico tan peculiar, es algo más que aceptado y que cuenta cada vez con más adeptos. Se trata en realidad y para muchos de una cultura de culturas. Para los menos seguros de querer portar en su cuerpo con una señal que será para siempre, existen sus versiones temporales, antaño conocidas como calcomanías. Afortunadamente para aquellos que gusten de decorar su piel con imágenes coloridas o en monocolor pero no de forma permanente profesionales y amantes del tatto como TTTattoo, The Temporaly Tatto Store, se han especializado en tatuajes temporales, llevando a la calcomanía a un nivel superior.
Haciendo alusión al título de este post, lo que nos cuenta un tatuaje habla de la persona que lo luce: rebeldía, transgresión, desafío de las normas establecidas, libertad y, por supuesto un sentido propio y único de la identidad personal. Estas son algunas de las connotaciones que se asocian a los tatuajes y definen a las personas a quienes les gustan. Para mal de muchos, podemos añadir que son cada vez más y más los fervorosos seguidores y amantes de esta corriente artística tan singular que incluye al cuerpo como lienzo. Cada vez empiezan a tatuarse a edades más tempranas lo que induce a una reflexión sobre lo que supone hacerse un tatuaje.
Para aquellos que lo tienen como forma de vida, el hecho de que hoy en día, cualquiera se tatúe el cuerpo de forma indiscriminada, supone una moda que anula la todo lo reseñado anteriormente, respecto a lo que dice un tatuaje de la persona tatuada. Ya no se trata de un mero acto de rebeldía o decir “aquí estoy yo”, ahora puede semejarse a un hay que llevarlo porque lo llevan todos. Como si de un Smartphone se tratara.
La historia detrás del arte
Creer que los tatuajes son algo reciente, moderno y novedoso es una absoluta necedad. La historia de este peculiar arte corporal, se remonta a tiempos inmemoriales en los que decorar el cuerpo se vinculaba a rituales religiosos y tribales, por lo que podemos afirmar que el tatuaje es tan antiguo como la humanidad, o casi. Si es cierto que en Occidente la presencia de estas, por entonces repudiadas, muestras de arte corporal, empezaron a tener presencia a lo largo del siglo XX, cuando los supervivientes de las guerras que azotaron el siglo, volvían a casa con los tatuajes que recordaban y simbolizaban las experiencias vividas.
La notoria popularidad empezó a darse en los años sesenta, justamente en un momento de explosión social y liberación en el que surgieron el rock, claramente reivindicativo y el movimiento hippy que hacia alarde de la libertad, la paz y el amor libre. Momento esencial en el que los tatuajes dejaron de ser un símbolo militar para convertirse en ese modo de expresión artística que conllevaba aledaña esa rebeldía contra el sistema, las normas establecidas y las autoridades.
Durante décadas, el tatuaje simbolizaba esa reivindicación social que dio paso en la década de los noventa una práctica más chic en brazos de celebrities de la talla de Angelina Jolie o David Beckham, por citar unos ejemplos que gustaban de lucir sus propios diseños y vanagloriarse de su arte corporal. Como todos sabemos, los humanos repetimos conductas de aquellos a los que veneramos aunque los veneremos sin razón ni causa aparente. Así ocurre que los tatuajes, por llevarlos nuestras celebrities favoritas sin ningún tapujo, incitan a los más rebeldes a seguir sus tendencias.
Esto nos ha traído al momento actual en el que hacerse un tatuaje, no está mal visto y se ha convertido en un medio para expresar empoderamiento, amor por algo o alguien y, por supuesto, el reflejo de la individualidad y personalidad única de cada uno. Algo un tanto discutible si nos atenemos a que cuando algo es hecho por todo el mundo se convierte en algo común. Ahí queda dicho, aunque sí, en muchos casos sigue prevaleciendo ese reflejo del ser uno mismo.
El arte per se
Contemplar una obra de arte, da igual del tipo que sea, debe hacernos pensar en todo el trabajo que hay detrás. No únicamente en el resultado final. Con un tatuaje, sucede lo mismo. Por eso debemos saber en qué consiste realmente hacerse un tatuaje y cuál es su proceso. Aunque básicamente todos y todas tenemos constancia y conocimiento de cómo se hace, no está de más hablar sobre ello, para aquellos que solo se lo figuran.
El proceso de hacerse un tatuaje, consiste en realizar un dibujo o diseño en la piel, utilizando una aguja que inyecta tinta entre las capas de la piel. Para hacerlo, los profesionales del tatuaje, utilizan un instrumento que hace posible que los pigmentos de la pintura, se introduzcan bajo la superficie de la dermis. Esta máquina, emite una serie de impulsos eléctricos que hacen posible que la aguja se mueva de arriba abajo y viceversa, a gran velocidad al tiempo que inyecta la tinta en la piel a una profundidad y velocidad perfectamente controlada.
Si no te has hecho un tatuaje, debes saber que hacerse uno, provoca dolor. Muchos piensan que duele mucho y otros que no es para tanto. Sin embargo, lo cierto es que el nivel e intensidad de ese dolor puede ir desde una leve molestia hasta producir un dolor insoportable. Esto va en función del umbral de dolor que tiene cada persona y la zona a tatuar. Entre las zonas más dolorosas a la hora de hacerse un tatuaje podemos decir que se encuentran la frente, el cuello, las costillas, la columna vertebral, las manos y dedos, los tobillos y el empeine. Lo que viene a ser las zonas donde se toca el hueso y no existe mucho músculo.
Dentro de estas zonas, las mas adecuadas para realizarse un tatuaje en cuestiones mas que de dolor, de durabilidad, son aquellas que tienen tendencia a deformarse a sufrir un uso continuado como son los manos o pies las partes carnosas como el vientre, donde los cambios de peso pueden hacer de las suyas. Hay que tener en cuenta por igual, los estragos que el sol puede causar en el color, por lo que es muy importante aplicar protección solar en aquellas zonas que quedan más expuestas a esos tatuajes que se hacen en brazos y hombros.
Tipos de tatuaje que te puedes hacer
Existen varios tipos de tatuaje, en función de lo que uno quiera expresar con él y lo que quiera contar. Aun así algunos de esos tipos o estilos son más populares por lo que vamos a citarlos a continuación.
El más solicitado y común es el tatuaje tradicional americano, como las Betty Boop, las anclas, calaveras con rosas o el típico corazón con un nombre dentro. Este tipo de tatuajes que cuentan con infinidad de diseños, se caracterizan por tener unos contornos negros bien definidos y delimitados en combinación con una paleta de colores.
Los tribales son ese tipo de tatuajes que se puso de moda en los noventa y principios de dos mil, inspirados en los tatuajes tribales de las culturas más antiguas. Se componen de dibujos con líneas retorcidas y patrones geométricos que componen motivos abstractos.
Del lejano oriente, nos llega el tatuaje Japonés tradicional, inspirado en las grandes obras de arte japonés. Estos se caracterizan por diseños grandes, de líneas finas, limpias y un mínimo sombreado para crear dragones, tigres, flores
De la mano de las nuevas técnicas y avances en los materiales utilizados por los tatuadores, llegan los diseños realistas que en manos de un buen profesional, pueden conseguir recrear con gran realismo la imagen original.
Por otro lado, podemos preferir un tatuaje en color o en negro. Hay que tener en cuenta que todas las tintas tienden a perder el color de forma gradual, por lo que el tatuaje se verá muy diferente con el paso de los años, aunque siempre se pueden repasar para conservar la viveza. El tono de la piel y los colores elegidos tienen mucho que ver a la hora de mantener vivo el tatuaje. De tal manera que las pieles claras retienen mejor los pigmentos blancos, morados y rojos, mientras que las pieles más oscuras, lo hacen con los tonos más oscuros.
Aunque se entiende que un tatuaje es para toda la vida, siempre puede caber el arrepentimiento. En este caso, cada vez existen más y mejores tecnologías y técnicas capaces de eliminar el tatuaje. Este proceso es más doloroso y no garantiza la desaparición absoluta del mismo, puede dejar cicatrices, producir quemaduras e incluso cambios en la textura de la piel. Por lo tanto, lo mejor es pensarlo detenidamente y tatuarse aquello que cuente algo que quieras contar.